Los personajes de la Celestina son realistas y evolucionan a lo largo de la obra. En conjunto, parece que todos son arrastrados por las pasiones: Calisto y Melibea actúan movidos por el amor, mientras que la codicia domina a Celestina y a los criados. Sin embargo, cada uno de ellos se muestra matices variados, como ocurre con las pesonas: son personajes diferenciados, que no responden a los modelos literarios anteriores. Un rasgo renacentista e innovador de la obra es que los personajes comparten un fuerte individualismo y una visión del mundo pagana y trágica: no se sienten culpables, sino víctimas de la caprichosa Fortuna, que rige sus destinos.
4.1 Celestina.
Celestina: es el personaje más sugestivo de la obra y la protagonista indiscutible de dicha obra aunque el tema se centre más en el amor y la pasión de Calisto y Melibea, hasta el punto de que acabó por darle título; es un personaje pintoresco y vívido, es hedonista, avara y vital. Conoce a fondo la psicología del resto de los personajes, haciendo que incluso los reticentes con sus planes cedan a ellos. Sus móviles son la codicia, el apetito sexual y amor al poder psicológico. Representa un elemento subversivo dentro de la sociedad: se siente comprometida a propagar y facilitar el goce sexual.
4.2 Calisto.
Calisto: es un joven de la alta sociedad a quien solamente le preocupa satisfacer sus deseos, sin importarle las demás personas. Es un personaje realmente egoísta. El egoísmo condiciona su concepción de la realidad, su juicio ético y su conducta social. El carácter cínico de Calisto desprecia la sinceridad de su criado Pármeno cuando este le advierte de los peligros que corre. Es el personaje más cargado de literatura. Encarna el 'loco amor', del que es víctima: figura trágica y anti heroica. Se da el amor ilícito o escondido con Melibea, no se insinúa el matrimonio y se recurre a la alcahueta (sirviente). Esto, según autores, sería porque él es cristiano viejo y ella no. El casamiento entre cristianos nuevos y viejos siempre fue lícito. Los cristianos nuevos no estaban muy bien vistos en esa época y en posteriores. En cuanto se enamora, Calisto pierde conciencia del tiempo y de la realidad cotidiana, olvida la moral y se desentiende de familia y sociedad; el egoísmo de su amor le hace desentenderse de todo lo demás.
Los amantes están reducidos a meros símbolos de su función, ellos son los instrumentos del amor, de la sensualidad y la pasión. Pero ambos no han sido tratados con el mismo interés.
Calisto aparece con mayor frecuencia que Melibea, posee un carácter mejor dibujado y está dotado de una mayor individualización. Esta diferencia puede tener una primera explicación: no era posible dar a una doncella encerrada en su casa, apartada de toda la vida y custodia de su honestidad, un carácter socialmente individualizado. Calisto, en cambio, es perfectamente dibujado: hermoso, pulcramente vestido, algo malvado. Constantemente nos da muestras de su floja voluntad y de estar dominado por sus pasiones. Calisto pasa del papel de enamorado débil al de enamorado cínico, desprovisto de cualquier dignidad, y este proceso acabará con su muerte.
4.3 Melibea.
Melibea: es una mujer que pasa de la resistencia a la absoluta entrega a Calisto sin dudarlo. En la obra se intenta hacer la víctima de una pasión cegadora inculcada por el hechizo de Celestina. Actúa regida por su conciencia social. Su pasión es más real y menos literaria que la de Calisto; sería la lujuria más que el amor el motor de sus acciones.
Se nos presenta como una doncella de honroso nacimiento, lo que es suficiente para definirla, y la lógica interna del argumento no necesita personalizarla más. Desde el principio no tiene más rasgos particulares que los que definen su pudor y su respetabilidad. El honor y la virginidad son sus únicos bienes.
Las escasas apariciones de la joven en la obra, hacen que su carácter evolucione rápidamente, conservando, eso sí, el rasgo propio de la tradicional psicología femenina, consistente en simular hasta el último momento la ignorancia. Este comportamiento está vinculado a la necesidad para la mujer de salvaguardar por todos los medios el valor social de su honestidad, utilizando como disfraz el argumento de su pasividad tradicional que la lleva a representarse siempre como seducida y no como seductora.
Frente a la pasividad y el pesimismo de Calisto, Melibea se caracteriza por la seguridad en sí misma, la energía y la acción. Frente a la uniformidad del carácter de Calisto, el de Melibea va evolucionando desde su postura indignada del comienzo hasta su amor que la lleva al suicidio.
4.4 Pármeno.
Pármeno: Pármeno es seguramente el personaje más trágico de la obra, porque es corrompido por todos los demás personajes. Pármeno, más joven, es leal a su amo, y parece ser ejemplo de la estimación que los amos deben a los sirvientes fieles. Al ser hijo de Claudina, maestra y antaño compañera de Celestina, intenta advertir a su señor Calisto de los peligros que le pueden venir; pero es humillado por éste. Su lealtad termina de derrumbarse al ser seducido por una de las pupilas de Celestina, Areusa. Se ve obligado a participar en la corrupción de su señor al mismo tiempo que se corrompe él mismo. La pasión material del amor que acaba de descubrir le ciega y ya sólo pretende aprovecharse de la pasión de Calisto al igual que su compañero, el más cínico Sempronio. Tiene cierto paralelismo con Melibea, quien también se niega en principio a seguir la corriente corruptora.
Pármeno manifiesta el sentido moral y la voluntad de ayudar a su amo para que no caiga en las redes de la vieja; pero, cuando cae en brazos de Areusa, su carácter cambia, volviéndose tan cínico como su compañero, para ejemplificar de forma todavía más contundente la lección moral que se desprende de la obra.
Pármeno, más joven, es leal a su amo, y parece ser ejemplo de la estimación que los amos deben a los sirvientes fieles.
4.5 Sempronio.
Sempronio: es el criado de Calisto es cobarde, rencoroso, desleal y solo pretende aprovecharse de Calisto con egoísmo y codicia desde que se entera que su amo está dominado por el amor. Se mueve por sus intereses personales. Mantiene una relación con una de las prostitutas de Celestina, Elicia, y es él quien tiene la idea de aprovecharse de Calisto para poder mantener su pasión a costa de la su señor, en ese momento se ve la ruptura de los lazos feudales amo-siervo. (Ejemplo de un trozo del libro: “SEMPRONIO.- ¿Qué le ha pasado a este hombre? ¿Qué hago ahora? Si me voy y le dejo solo, se mata. Si vuelvo a entrar, me mata a mí. Mejor que muera aquel al que le enoja la vida, que no yo, que me complazco en ella. Debo cuidarme por mi Elicia, pero, si se mata sin otro testigo, tendré yo que dar cuenta de su vida. Mejor, entro. No, mejor que se desfogue un poco, que, si entro ahora, puede ser peligroso. Dejémosle llorar. Si se mata, que se mate. Quizá pueda quedarme con algo con que pueda mudar el pelo malo, aunque malo es esperar salud en muerte ajena. Por otra parte, dicen los sabios que es bueno que quien sufre halle a alguien en quien descargar sus cuitas. No sé qué hacer. Estoy perplejo. Entraré, lo sufriré y lo consolaré, porque, si es posible sanar sin arte ni aparejo, más fácil ha de ser curar por arte.”) Está aliado con Celestina para conseguir estafar a su amo. Como Celestina no le da su parte del trato la mata. Sempronio representa el matiz vulgar de la obra.
4.6 Elicia.
Es la criada de Celestina. Es una hermosa muchacha prostituta con clientela fija y casa, y envidia a Melibea, ya que quería ser como ella. Elicia tiene una relación con Sempronio pero sólo quiere mantiene esta relación por el dinero. En el fondo odia a los hombres y es rencorosa. Sólo busca el placer con despreocupación de lo que pasa a su alrededor, no le preocupa su pasado ni su futuro. Sólo la muerte de Celestina la hace volver a la realidad y querer vengarse . (ejemplo: “ELICIA.- (Inclinándose sobre CELESTINA, ya muerta.) ¡Oh, crueles enemigos, en mal poder os veáis! ¡Y para quién tuvisteis manos! ¡Muerta es mi madre y mi bien todo!”).
4.7 Areúsa.
Es una de las criadas de Celestina. Es otra prostituta, es joven y hermosa, graciosa y fresca, está enamorada de Pármeno, uno de los criados de Calisto. También tiene celos de Melibea. En diferencia a Elicia ella es más acusada, no tiene clientela fija y tampoco casa. Quiere vengar la muerte de Celestina, su ama, y cree que ha sido culpa de los criados de Calisto, así que se llena de odio y rencor. Su venganza es por el desamparo en el que queda y por el odio que siente. (Ejemplo: “AREÚSA.- Calla, hermana. Ataja tus lágrimas. Muchas cosas se pueden vengar, y ésta es de ellas.”)
4.8 Padres de Malibea.
4.1 Celestina.
Celestina: es el personaje más sugestivo de la obra y la protagonista indiscutible de dicha obra aunque el tema se centre más en el amor y la pasión de Calisto y Melibea, hasta el punto de que acabó por darle título; es un personaje pintoresco y vívido, es hedonista, avara y vital. Conoce a fondo la psicología del resto de los personajes, haciendo que incluso los reticentes con sus planes cedan a ellos. Sus móviles son la codicia, el apetito sexual y amor al poder psicológico. Representa un elemento subversivo dentro de la sociedad: se siente comprometida a propagar y facilitar el goce sexual.
4.2 Calisto.
Calisto: es un joven de la alta sociedad a quien solamente le preocupa satisfacer sus deseos, sin importarle las demás personas. Es un personaje realmente egoísta. El egoísmo condiciona su concepción de la realidad, su juicio ético y su conducta social. El carácter cínico de Calisto desprecia la sinceridad de su criado Pármeno cuando este le advierte de los peligros que corre. Es el personaje más cargado de literatura. Encarna el 'loco amor', del que es víctima: figura trágica y anti heroica. Se da el amor ilícito o escondido con Melibea, no se insinúa el matrimonio y se recurre a la alcahueta (sirviente). Esto, según autores, sería porque él es cristiano viejo y ella no. El casamiento entre cristianos nuevos y viejos siempre fue lícito. Los cristianos nuevos no estaban muy bien vistos en esa época y en posteriores. En cuanto se enamora, Calisto pierde conciencia del tiempo y de la realidad cotidiana, olvida la moral y se desentiende de familia y sociedad; el egoísmo de su amor le hace desentenderse de todo lo demás.
Los amantes están reducidos a meros símbolos de su función, ellos son los instrumentos del amor, de la sensualidad y la pasión. Pero ambos no han sido tratados con el mismo interés.
Calisto aparece con mayor frecuencia que Melibea, posee un carácter mejor dibujado y está dotado de una mayor individualización. Esta diferencia puede tener una primera explicación: no era posible dar a una doncella encerrada en su casa, apartada de toda la vida y custodia de su honestidad, un carácter socialmente individualizado. Calisto, en cambio, es perfectamente dibujado: hermoso, pulcramente vestido, algo malvado. Constantemente nos da muestras de su floja voluntad y de estar dominado por sus pasiones. Calisto pasa del papel de enamorado débil al de enamorado cínico, desprovisto de cualquier dignidad, y este proceso acabará con su muerte.
4.3 Melibea.
Melibea: es una mujer que pasa de la resistencia a la absoluta entrega a Calisto sin dudarlo. En la obra se intenta hacer la víctima de una pasión cegadora inculcada por el hechizo de Celestina. Actúa regida por su conciencia social. Su pasión es más real y menos literaria que la de Calisto; sería la lujuria más que el amor el motor de sus acciones.
Se nos presenta como una doncella de honroso nacimiento, lo que es suficiente para definirla, y la lógica interna del argumento no necesita personalizarla más. Desde el principio no tiene más rasgos particulares que los que definen su pudor y su respetabilidad. El honor y la virginidad son sus únicos bienes.
Las escasas apariciones de la joven en la obra, hacen que su carácter evolucione rápidamente, conservando, eso sí, el rasgo propio de la tradicional psicología femenina, consistente en simular hasta el último momento la ignorancia. Este comportamiento está vinculado a la necesidad para la mujer de salvaguardar por todos los medios el valor social de su honestidad, utilizando como disfraz el argumento de su pasividad tradicional que la lleva a representarse siempre como seducida y no como seductora.
Frente a la pasividad y el pesimismo de Calisto, Melibea se caracteriza por la seguridad en sí misma, la energía y la acción. Frente a la uniformidad del carácter de Calisto, el de Melibea va evolucionando desde su postura indignada del comienzo hasta su amor que la lleva al suicidio.
4.4 Pármeno.
Pármeno: Pármeno es seguramente el personaje más trágico de la obra, porque es corrompido por todos los demás personajes. Pármeno, más joven, es leal a su amo, y parece ser ejemplo de la estimación que los amos deben a los sirvientes fieles. Al ser hijo de Claudina, maestra y antaño compañera de Celestina, intenta advertir a su señor Calisto de los peligros que le pueden venir; pero es humillado por éste. Su lealtad termina de derrumbarse al ser seducido por una de las pupilas de Celestina, Areusa. Se ve obligado a participar en la corrupción de su señor al mismo tiempo que se corrompe él mismo. La pasión material del amor que acaba de descubrir le ciega y ya sólo pretende aprovecharse de la pasión de Calisto al igual que su compañero, el más cínico Sempronio. Tiene cierto paralelismo con Melibea, quien también se niega en principio a seguir la corriente corruptora.
Pármeno manifiesta el sentido moral y la voluntad de ayudar a su amo para que no caiga en las redes de la vieja; pero, cuando cae en brazos de Areusa, su carácter cambia, volviéndose tan cínico como su compañero, para ejemplificar de forma todavía más contundente la lección moral que se desprende de la obra.
Pármeno, más joven, es leal a su amo, y parece ser ejemplo de la estimación que los amos deben a los sirvientes fieles.
4.5 Sempronio.
Sempronio: es el criado de Calisto es cobarde, rencoroso, desleal y solo pretende aprovecharse de Calisto con egoísmo y codicia desde que se entera que su amo está dominado por el amor. Se mueve por sus intereses personales. Mantiene una relación con una de las prostitutas de Celestina, Elicia, y es él quien tiene la idea de aprovecharse de Calisto para poder mantener su pasión a costa de la su señor, en ese momento se ve la ruptura de los lazos feudales amo-siervo. (Ejemplo de un trozo del libro: “SEMPRONIO.- ¿Qué le ha pasado a este hombre? ¿Qué hago ahora? Si me voy y le dejo solo, se mata. Si vuelvo a entrar, me mata a mí. Mejor que muera aquel al que le enoja la vida, que no yo, que me complazco en ella. Debo cuidarme por mi Elicia, pero, si se mata sin otro testigo, tendré yo que dar cuenta de su vida. Mejor, entro. No, mejor que se desfogue un poco, que, si entro ahora, puede ser peligroso. Dejémosle llorar. Si se mata, que se mate. Quizá pueda quedarme con algo con que pueda mudar el pelo malo, aunque malo es esperar salud en muerte ajena. Por otra parte, dicen los sabios que es bueno que quien sufre halle a alguien en quien descargar sus cuitas. No sé qué hacer. Estoy perplejo. Entraré, lo sufriré y lo consolaré, porque, si es posible sanar sin arte ni aparejo, más fácil ha de ser curar por arte.”) Está aliado con Celestina para conseguir estafar a su amo. Como Celestina no le da su parte del trato la mata. Sempronio representa el matiz vulgar de la obra.
4.6 Elicia.
Es la criada de Celestina. Es una hermosa muchacha prostituta con clientela fija y casa, y envidia a Melibea, ya que quería ser como ella. Elicia tiene una relación con Sempronio pero sólo quiere mantiene esta relación por el dinero. En el fondo odia a los hombres y es rencorosa. Sólo busca el placer con despreocupación de lo que pasa a su alrededor, no le preocupa su pasado ni su futuro. Sólo la muerte de Celestina la hace volver a la realidad y querer vengarse . (ejemplo: “ELICIA.- (Inclinándose sobre CELESTINA, ya muerta.) ¡Oh, crueles enemigos, en mal poder os veáis! ¡Y para quién tuvisteis manos! ¡Muerta es mi madre y mi bien todo!”).
4.7 Areúsa.
Es una de las criadas de Celestina. Es otra prostituta, es joven y hermosa, graciosa y fresca, está enamorada de Pármeno, uno de los criados de Calisto. También tiene celos de Melibea. En diferencia a Elicia ella es más acusada, no tiene clientela fija y tampoco casa. Quiere vengar la muerte de Celestina, su ama, y cree que ha sido culpa de los criados de Calisto, así que se llena de odio y rencor. Su venganza es por el desamparo en el que queda y por el odio que siente. (Ejemplo: “AREÚSA.- Calla, hermana. Ataja tus lágrimas. Muchas cosas se pueden vengar, y ésta es de ellas.”)
4.8 Padres de Malibea.
Alisa es la madre de Melibea y no mantiene una verdadera relación con su hija; se limita a especular sobre su matrimonio sin haberle consultado apenas.
Pleberio es el padre demasiado ocupado que ama a su única hija y ve cómo su vida pierde todo sentido al suicidarse ésta, por lo cual declama el planto final de la obra, un lamento por el poder del amor donde sufre por la soledad y esterilidad a la que le ha condenado el destino tras tanto esfuerzo sin fruto.
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